La teoría neomarxista de la dependencia (Primera parte)

jueves, 30 de abril de 2009

La teoría neomarxista de la dependencia (Primera parte)

La teoría neomarxista de la dependencia debe gran parte de su desarrollo al estructuralismo latinoamericano como se describió anteriormente, y parte en lo inmediato de los planteamientos de Baran de la interpretación del subdesarrollo como un producto histórico del desarrollo y de la imposibilidad del capitalismo de ser la respuesta al subdesarrollo, dado que no existe esperanza de que surja una clase capitalista emprendedora autóctona en la periferia, por el desarrollo histórico de sus economías.

Entre los principales autores de la escuela neomarxista de la dependencia figura Frank, quien en su ensayo El desarrollo del subdesarrollo, amplía el modelo centro periferia de Prebisch (relaciones que denomina metrópoli-satélite) describiendo cómo este sistema de relaciones se reproduce consecutivamente a diferentes escalas: entre países, internamente a los países subdesarrollados, y dentro de éstos. Así, excepto para las metrópolis principales, los satélites se convierten a su vez en metrópoli con sus propios satélites internos en el país. Y éstos, a su vez, en metrópoli para otros satélites internos, configurando una concatenación de constelaciones metrópoli-satélite caracterizada por la extracción del excedente por cada metrópoli a sus satélites, que es a su vez extraído por la metrópoli superior.

Frank plantea la hipótesis de que la tendencia del sistema es el desarrollo de la metrópoli y el subdesarrollo del satélite, por lo que el desarrollo de las metrópolis-satélites nacionales, regionales o locales dentro de los países subdesarrollados es en realidad un desarrollo subdesarrollado. De ahí el planteamiento de una segunda hipótesis que marca la proporcionalidad directa existente entre el subdesarrollo y la intensidad histórica de la conexión con el sistema capitalista industrial.

La moderna teoría del imperialismo y el intercambio desigual

miércoles, 29 de abril de 2009

La moderna teoría del imperialismo y el intercambio desigual

El arranque de la teoría neomarxista puede situarse en la obra de Baran y Sweezy. Basando sus análisis en el concepto de excedente económico (beneficio agregado de la producción nacional), estos autores caracterizan como ley de comportamiento la tendencia al aumento del excedente debido al carácter monopólico del sistema capitalista con el papel protagónico de las grandes corporaciones mundiales. Dadas las dificultades para absorber este aumento constante del excedente, y su tendencia natural al estancamiento, la única salida para evitarlo es precisamente el imperialismo, señalando la relación del gasto militar con la defensa de los intereses de las grandes corporaciones.

En este contexto toman protagonismo las multinacionales como actores que deciden su estrategia desde las casas matriz en función del interés global de la corporación, independientemente del perjuicio de estas decisiones en los países del mundo en que están ubicadas. Este hecho, unido a la repatriación de beneficios, configura a la inversión extranjera en los países subdesarrollados como un mecanismo de transferencia de riqueza de éstos a los países desarrollados y, por tanto, en mecanismo de subdesarrollo más que de desarrollo de los primeros.

En el contexto del posterior desarrollo en Francia de la teoría, Emmanuel y Braun, autor argentino que complementa los postulados del primero, analizan el fenómeno del intercambio desigual a través de los salarios desiguales en los países subdesarrollados y los desarrollados. Emmanuel explica el intercambio desigual a través de la situación de subsistencia en la que se encuentran los trabajadores de la periferia, que es el hecho que induce los bajos salarios y nola baja productividad, frente a los salarios altos de los países centrales.

Por su parte, Braun explica el mismo aduciendo que son los países imperialistas los que tensionan a la baja los precios de las exportaciones y los salarios de la periferia a través de sus políticas comerciales y proteccionistas.

La teoría neomarxista del desarrollo (Segunda parte)

martes, 28 de abril de 2009

La teoría neomarxista del desarrollo (Segunda parte)

Surgida inicialmente en los Estados Unidos con las aportaciones de Paul Baran y Paul Sweezy (estudios centrados en la tendencia al aumento del excedente y el papel del proteccionismo) durante los años cincuenta y sesenta, continúa su desarrollo en Francia hacia finales de los años sesenta con los trabajos de autores como Arghiri Emmanuel o Samir Amin (sobre el intercambio desigual y el desarrollo desigual). En los setenta toma fuerza en América Latina con los trabajos fundamentalmente de Oscar Braun, Theotonio Dos Santos y André Gunder Frank , constituyendo los desarrollos centrales de la corriente neomarxista de la teoría de la dependencia.

En los años ochenta la teoría neomarxista del desarrollo continúa ampliándose, sobre todo en Europa, a través de Immanuel Wallerstein y Christian Palloix (con la descripción del funcionamiento del sistema capitalista mundial) concluyendo hasta la fecha su desarrollo con la conocida tesis de la desconexión de Samir Amin en los últimos ochenta, previo al declive del pensamiento neomarxista después de la caída del muro de Berlín.

La teoría neomarxista del desarrollo (Primera parte)

lunes, 27 de abril de 2009

La teoría neomarxista del desarrollo (Primera parte)

La teoría neomarxista del desarrollo nace después de la 2ª Guerra Mundial como alternativa a las teorías de la modernización.

Hunt resume los principales postulados de la teoría neomarxista del subdesarrollo como sigue:

  • El subdesarrollo es un proceso de continua extracción por los centros del excedente generado en la periferia.
  • Los países subdesarrollados se caracterizan por bajo ingreso per cápita y baja acumulación de capital.
  • El desarrollo económico se caracteriza por la reinversión nacional del excedente.
  • El desarrollo futuro de cualquier país está determinado por su posición en la economía internacional.
  • El elemento central del método de análisis es la adopción de una perspectiva histórica y la atención hacia el control del excedente de los países subdesarrollados por las diferentes clases sociales.
  • La inserción de los países subdesarrollados en el sistema de relaciones de intercambio desigual está provocada por la introducción de éstos en el sistema de relaciones por los países capitalistas industrializados.
  • Estas relaciones de intercambio desigual persisten hoy en día.
  • El intercambio desigual ha destruido la producción artesanal precapitalista en los países subdesarrollados y reducido el incentivo al desarrollo industrial autóctono.
  • Las exportaciones manufactureras de los centros reducen aun más el incentivo a la industrialización de la periferia.
  • El precario desarrollo industrial que se ha producido en la periferia ha estado controlado por los monopolios industriales que han extraído el excedente hacia los centros.
  • Las clases dominantes de la periferia no promueven el desarrollo productivo en la misma pues no tienen interés en ello, dados sus elevados ingresos.
  • Las economías de los países subdesarrollados no pueden seguir el camino por etapas previsto por la modernización pues las condiciones internacionales han cambiado irreversiblemente.
  • El desarrollo económico sólo puede darse con un cambio político radical.

El neoestructuralismo latinoamericano (Tercera parte)

lunes, 20 de abril de 2009

El neoestructuralismo latinoamericano (Tercera parte)

La CEPAL ha continuado desarrollando las ideas que se apuntaba en el enfoque de la Transformación productiva con equidad a lo largo de los años noventa con desarrollos específicos.

  • En primer lugar, el desarrollo sostenible (CEPAL, 1991), planteando estrategias de educación ambiental, internalización de costes ambientales, evaluaciones sistemáticas del impacto ambiental, políticas activas de desarrollo sostenible como el reciclaje y las energías renovables, etc.
  • En segundo lugar la educación como eje de transformación (CEPAL, 1992) donde se pone de manifiesto la necesidad de la educación en la ciudadanía y en los valores, además de en la competitividad como pilar básico de la transformación con equidad.
  • En tercer lugar el enfoque integrado (CEPAL, 1992), planteando políticas económicas de crecimiento acompañadas de políticas sociales no asistenciales orientada a la inversión en capital humano y social.
  • En cuarto lugar los aspectos referidos a la población (CEPAL, 1993).
  • Por último, el regionalismo abierto (CEPAL, 1994), donde enfatiza la potencialidad de la integración regional en América Latina y el Caribe como medio de mejorar sustancialmente la inserción del continente en el contexto internacional.

El neoestructuralismo latinoamericano (Segunda parte)

domingo, 19 de abril de 2009

El neoestructuralismo latinoamericano (Segunda parte)

Las propuestas de la CEPAL se ven reforzadas y complementadas con el trabajo paralelo de Sunkel (1991), donde propone un modelo de desarrollo desde dentro. Plantea, desde este punto de vista, un proceso de industrialización en torno a un proceso endógeno de acumulación y de generación de progreso técnico donde el papel del Estado es decisivo más allá de sus funciones clásicas. Orienta el diagnóstico de los problemas hacia la oferta más que hacia la demanda, por lo que el papel del Estado debe ser reorientar y reforzar ésta, manteniendo los equilibrios macroeconómicos básicos, pero a un ritmo más moderado que el planteado desde el neoliberalismo, y acompañado de programas de alivio de la pobreza.

El papel del Estado es también activo en la orientación y puesta en marcha de políticas adecuadas adaptadas a la realidad de cada país: de transformación y modernización productiva (fomento de las exportaciones mediante la intervención selectiva); políticas agrícolas (precios de garantía, estímulo de la demanda interna, innovación tecnológica, servicios postcosecha, mercados de futuros y seguro agrario, etc.); políticas medioambientales (internalización de costes y políticas activas de valoración ambiental); políticas de tecnología e innovación (sistema de I+D y calidad en los productos) y políticas de fomento de la inversión.

El neoestructuralismo latinoamericano (Primera parte)

sábado, 18 de abril de 2009

El neoestructuralismo latinoamericano (Primera parte)

Recogiendo el testigo de las aportaciones anteriores, centradas en la interdependencia como oportunidad de desarrollo, se desarrolla en la última década (años noventa) una corriente de pensamiento en la CEPAL encabezada por Osvaldo Sunkel, que se resume en el documento publicado en 1990 Transformación productiva con equidad (CEPAL, 1990). Parte de un diagnóstico diferente al del Consenso de Washington, y en cierta medida supera al mismo, por cuanto asume gran parte de sus recomendaciones pero las supera.

A partir de los estudios de Fernando Fajnzybler (1990), en los que pone de manifiesto la no existencia de casos entre los países latinoamericanos de correspondencia entre crecimiento económico y equidad (lo que denomina el casillero vacío del desarrollo latinoamericano en referencia a la representación gráfica de los resultados del estudio), emerge el factor de la equidad como clave del desarrollo: la equidad favorece el crecimiento y refuerza la competitividad auténtica (no basada en la sobreexplotación de los recursos naturales o en bajos salarios).

La nueva concepción del desarrollo reflejada en la Transformación productiva con equidad gira en torno a crecer, mejorar la distribución del ingreso, consolidar la democratización, adquirir mayor autonomía, detener el deterioro ambiental y mejorar la calidad de vida de toda la población.

En cuanto a la transformación productiva, se pone énfasis en la competitividad vía progreso técnico y se introduce la necesidad de una aproximación integral al problema productivo (social, institucional, político, etc.); se incorpora asimismo la dimensión territorial y medioambiental. No es suficiente sólo con crear contextos macroeconómicos estables; son necesarios cambios institucionales y generar políticas sectoriales concertadas, acompañando de políticas redistributivas no asistenciales basadas en la formación de capital humano y la provisión de servicios.

Estructuralismo - La interdependencia

viernes, 17 de abril de 2009

Estructuralismo - La interdependencia

En los ochenta se produce un redireccionamiento del pensamiento estructuralista tendente a moderar el discurso aprovechando y defendiendo las posibilidades que ofrece la interdependencia (convergencia de intereses entre centro y periferia que supera la dependencia) y la construcción del Nuevo Orden Internacional, proceso que culmina con la reformulación de esta teoría en el neoestructuralismo de la CEPAL, con el enfoque de la transformación productiva con equidad a principios de los noventa.

Tratando de alejarse de planteamientos pesimistas propios de la dependencia, pero manteniendo en esencia los postulados de la misma, autores como Ricardo Ffrench Davis y Raúl Prebisch destacaron la importancia de avanzar significativamente en la protección del medio ambiente, el control de los recursos naturales, la regulación internacional de la empresas transnacionales, el acceso a los avances científicos, y la participación en el proceso internacional de decisiones para la solución de los problemas globales mundiales. Son éstas condiciones indispensables para que las relaciones de dependencia se transformen en relaciones de interdependencia y hagan posible un intercambio más equitativo. Para Prebisch, el interés mutuo por la convergencia no es sólo económico sino político, pues las situaciones prolongadas de subdesarrollo son un germen de inestabilidad que puede perjudicar los intereses del centro.

La teoría estructuralista de la dependencia (Segunda parte)

jueves, 16 de abril de 2009

La teoría estructuralista de la dependencia (Segunda parte)

Osvaldo Sunkel y Pedro Paz (1973) explican la dependencia como el resultado de un proceso histórico donde el desarrollo y el subdesarrollo son fenómenos simultáneos e interdependientes, en el que “el desarrollo y el subdesarrollo son las dos caras de una misma moneda”, entendiendo el sistema capitalista como un todo. Explican el fracaso de la estrategia ISI debido a la desnacionalización de la importante industria nacional generada en el proceso por su paso a manos de empresas transnacionales que repatrían los beneficios generados y debilitan a la clase empresarial nacional, que resulta en un acrecentamiento de la dependencia provocado por la propia estrategia implementada.

Destacan asimismo la vinculación de los procesos locales de desarrollo con el desarrollo del sistema capitalista mundial, de manera que se favorece a los grupos locales que se vinculan con las actividades extranjeras.

Celso Furtado, Prebisch y Sunkel ponen a su vez el acento en la dependencia cultural (generada por el efecto demostración, que provoca un mal empleo de los recursos orientando los ingresos al consumo en vez de a la inversión reproductiva de capital), en la dependencia tecnológica (incapacidad de los países de capitalismo dependiente para generar innovaciones) y en la dependencia intelectual (la subordinación incondicional a teorías elaboradas en los centros no necesariamente aplicables a sus realidades). En este sentido sostienen que gran parte de los problemas del subdesarrollo son consecuencia de consejos inapropiados y erróneos de los expertos internacionales desconocedores de la realidad de la periferia.

LA TEORÍA ESTRUCTURALISTA DE LA DEPENDENCIA (Primera parte)

jueves, 2 de abril de 2009

LA TEORÍA ESTRUCTURALISTA DE LA DEPENDENCIA (Primera parte)

A mediados de los sesenta surge la teoría de la dependencia, que supone una radicalización del pensamiento estructuralista cepalino que dura hasta mediados de los ochenta y que toma dos direcciones diferenciadas: por un lado la teoría de la dependencia estructuralista y por otro lado la teoría de la dependencia neomarxista.

¿Qué es la dependencia?

Entendiendo por dependencia “una situación en que la economía de ciertos países está condicionada por el desarrollo y expansión de otra economía a la que está sometida”, son diversos los autores que desarrollan y complementan la teoría de la dependencia estructuralista. No obstante, a pesar de la opuesta interpretación de las causas del subdesarrollo, las principales críticas a esta teoría versan precisamente en la carencia de una definición alternativa a la de la modernización de la propia concepción del desarrollo ni del camino para alcanzarlo, que da la sensación de no diferenciarse esencialmente del propuesto por ésta.

Aníbal Pinto y Pedro Vuskovic ponen el énfasis en el estilo perverso de desarrollo basado en polos de modernidad y marginación social.

Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto aceptan la posibilidad de un desarrollo de la periferia con la característica de ser un desarrollo dependiente asociado asimétricamente al del centro.

ESTRUCTURALISMO - EL DUALISMO DE SINGER Y TODARO (Segunda parte)

miércoles, 1 de abril de 2009

ESTRUCTURALISMO - EL DUALISMO DE SINGER Y TODARO (Segunda parte)

Estos factores derivados del entorno internacional constituyen, por la validez actual de muchos de los planteamientos, verdaderas macrocondiciones del subdesarrollo en el nivel internacional.

Por otro lado es especialmente interesante la interpretación del papel de la ciencia y la tecnología que aporta Todaro, al fundamentar el dualismo en las mismas. A partir del dualismo internacional en ciencia y tecnología Todaro propone explicaciones de las razones por las cuales los sectores rurales o que utilizan tecnologías autóctonas no progresan tecnológicamente con base endógena, al quedar excluidos del proceso de generación tecnológica dominado por los centros (internacionales e internos). Puesto que la tecnología avanzada, si se incorpora en un país subdesarrollado, no responde a las necesidades del país, no será más que un enclave aislado mientras el resto del territorio queda igualmente subdesarrollado. Destaca en este sentido el efecto perverso de la inversión extranjera de alta tecnología a través de enclaves aislados.

En cuanto al análisis del dualismo interno, interpreta que no es un fenómeno natural sino inducido en virtud de un concepto de modernidad basado en la gran escala que no se corresponde con las necesidades de los países pobres. Esta discriminación inducida está provocada, entre otras cosas, por la formación que reciben los decisores según los patrones de los países ricos (efecto demostración). Esto lleva a intentar aplicar a los países pobres conceptos occidentales para la comprensión y solución de sus problemas.